Opiniones 

Jornada de revocación de mandato

Aguascalientes, Abril 12 (2022).- El domingo 10 de abril México atiende por vez primera una Jornada de revocatoria de mandato. En el consejo local del INE en el Estado se presentaron posicionamientos de la representación partidaria, de las y los consejeros electorales ante el consejo local. En esa sesión me permití pronunciar estas ideas, que les comparto en las páginas de Hidrocálido. Así lo dije. “Las y los mexicanos nos encontramos en la escritura de una página inédita de la democracia directa, no se trata de que sea posible, las decisiones colectivas son necesarias, de lo contrario sesgaremos el sentido de la democracia. En una nuez, la democracia directa es la posibilidad constitucional y legal de que cada integrante de la ciudadanía posea incondicional poder político. No es cuestión de destituir funcionarios, la clave está en el poder de las decisiones del pueblo para sancionar o no una ley, para señalar el rumbo del Estado, de sus recursos; en fin, que las decisiones no recaigan en los políticos sino en el pueblo. El miedo a que el colectivo decida es que cada integrante del cuerpo social pueda representarse visible. El jugar en solitario es peligroso cuando no se tienen las leyes adecuadas para darle sentido a la vida compartida.

La velocidad de la luz posibilitará que la democracia directa sea un pilar de decisiones adecuadas y de robustas políticas públicas, “la sociedad red” es el laboratorio, un ejercicio que facilita la producción de leyes de alta calidad, mucho mejor las que hoy salen de un legislador aislado del mundo ciudadano. La democracia directa es asignatura pendiente, demanda finos impulsos colectivos. Construir una suerte de Agorafilia, una participación amplia e inmediata de los individuos en la vida y espacio públicos. 

Partamos de la idea que una sociedad no democrática constituye un Estado estropeado. Además de la atmósfera constitucional y legal, es esencial un pueblo capacitado y dispuesto a hacer uso de estas normativas. Rousseau, sostiene que “para que la libertad y la autoridad se reconcilien, las leyes que gobiernan el Estado deben ser el producto de la voluntad general”. Armonizar democracia representativa y directa eleva la calidad de las decisiones, los productos legislativos, los programas y acciones ejecutivas, da sentido a la igualdad de las personas; incluye las voces del colectivo.  

En pleno siglo XXI, Thomas Hobbes nos actualiza en su Leviatán sobre la racionalidad a la revocatoria del mandatario. Los gobiernos germinan del contrato entre los individuos en ejercicio soberano en aras de la preservación de la vida, y la garantía de la paz y la seguridad en el Estado. De forma tal que si las necesidades por las que se creó el contrato se encuentran satisfechas no hay oportunidad legítima ni racional para resistirse al poder del soberano o querer destituirlo con alguna resistencia política. La destitución es una alternativa de derecho y un instrumento necesario del Leviatán, se legitima y asigna un nuevo orden con sustento mayoritario. 

La revocatoria del mandato exige un gran esfuerzo político para quienes la promueven. La revocación de mandato es derecho de los insatisfechos, les da una voz crítica de la realidad política para consolidarse como una alternativa. La tragedia, según Nietzsche, es el nacimiento del resentimiento, esto es, una visión trágica del mundo de la vida es el sentimiento que contradice el mundo sensible buscando algo más allá de la simple apariencia de las cosas, la desconexión de la realidad bajo el ideal de que las cosas pueden ser siempre mejores. 

En la democracia no cabe resentimiento como epicentro de las venganzas y los odios, no olvidemos que el odio crea idealismos en los cuales el espacio público es secuestrado por un mundo ideal e intangible. El resentimiento se nutre de la dialéctica ganador-perdedor en donde no hay espacio para la venganza. Nuestra sociedad política se nutre de emociones, sin duda, por ello debemos procurar aquellas que sustenten los principios sociales profundamente acogidos por los ciudadanos. La democracia es imperativa de mecanismos para enunciar la voluntad popular compuesta por la manifestación de todo tipo de emociones políticas como irritación, amor, resentimiento, misericordia… entre otras. El gobernante vence una contienda electoral, pero está sujeto a contingencias de diálogo, exigencia de verdad y calidad en los productos gubernamentales.

La organización de la Revocación de Mandato se hizo con el rigor de la ley y la calidad del INE, atendiendo sentencias de la SCJN, del TEPJF, sobre todo honrando el principio de legalidad. La revocación está en el ámbito de la ciudadanía, nadie más decidirá.”